Muchos muchos años atrás, en Miami, cuando ver gente con Down trabajando en Burger King no era común, me sorprendí al ver a un muchacho con la risa fácil, limpiando y ordenando mesas. Me lleno de satisfacción verlo, y creo que ahí empecé a abrir los ojos y encontrar en otros lugares gente con capacidades diferentes, y gente minusválida, trabajando en diferentes negocios. Recuerdo en un Publix, otro muchacho Down ayudando a empaquetar, también, con una alegría que contagiaba. En la universidad tuve un compañero de curso en silla de ruedas, y no debe haber sido fácil movilizarse por el Campus, aunque ya estaban bastante avanzados en tener infraestructura preparada. No recuerdo haber tenido compañeros de clases ciegos o sordos o mudos, -tal vez los había pero nunca me fijé -, pero mi descubrimiento casual me permitió cambiar mi mirada, y comenzar a observar de mejor manera lo que me rodeaba. Cuando volví a Chile, me tocó trabajar en Empresas Interamericana, del grupo AIG, y recuerdo que
Lo que vemos, no es la realidad, sino la percepción que creamos de la realidad. Y el trabajo del Marketing es administrar éticamente esa realidad...